Coricancha: Templo del Sol, Chacana y Dioses Incas
El Coricancha no es solo pasado: late hoy en el templo de Santo Domingo. Allí está la placa de Pachacútec Yupanqui, como un guiño del mundo andino. Si vas, te sorprenderá la precisión de sus muros y la vista; sales con el corazón encendido. Asimismo, en la explanada del Coricancha se vive la escenificación del Inti Raymi, ya que este espacio también es un elemento importante para dicha festividad. Del mismo modo, debemos saber que en el Coricancha existe una unión entre lo colonial y lo inca, visible en todo el conjunto.


Tabla de Contenidos
Origen del Nombre, Denominaciones y Ubicación
Corichancha viene de una etimología quechua en la que qori/kori significa “oro” y cancha/kancha “recinto” o “templo”; por eso se entiende como “recinto de oro”. Asimismo, también tenía el nombre de Intikancha. El noveno Inca, Pachacútec (Pachacuti) Yupanqui, lo cambió por el nombre actual de Qoricancha y lo consolidó como Templo del Sol, asociado con el dios Sol. Está ubicado por la Av. El Sol y la calle Santo Domingo en Cusco, y su estructura posee muros enormes que encajan a la perfección. Se dice que estaba cubierto arriba y abajo con planchas y tablones de oro; en el siglo XVI fue llamado altar mayor.


Relatos, planta sagrada e episódios coloniais
Según Garcilaso, aquí también se tenían reproducciones de oro de animales y vegetales del Tahuantinsuyo, “fecundados” por los rayos del padre dios Sol durante el invierno (solsticio) desde el muro curvo, que representaba el testículo de la ciudad del puma. Asimismo, el Qoricancha ocupaba la parte de la cola del puma. Dentro del Templo del Sol se encontraba una placa puesta por el Inca Pachacuti Yupanqui. En el templo habitaba el huillac umu y, con la descubrición de los españoles en 1534, un español quedó anonadado con lo que veía; se encontró con un hullac uma que le dijo que, si quería entrar a este templo sagrado, debía quitarse los zapatos por respeto. El español no le hizo caso y entró como si nada, de frente a lo que veía en este templo.


Punchau, Santo Domingo y la placa cosmogónica
Se veneraba a dios Punchau, quien tenía una altura como la de un niño de diez años; siempre lo sacaban a ser venerado: por las mañanas era dejado y por las tardes era llevado a la plaza y también recogido; por las noches dormía acompañado por las ñustas en un galpón. Asimismo, en 1538 el templo de Santo Domingo fue construido encima del Templo del Sol; este templo fue “construida por el tambor solar” (mención tradicional).
La placa de Pachacuti Yupanqui es una de las posesiones que quedó en el altar mayor y es considerada un orden cosmogónico andino, ya que tiene varias figuras relacionadas con el Ukhupacha (mundo de abajo), el Hananpacha (mundo de arriba), el mundo de afuera y el Kaypacha (mundo de ahora); por ello tiene varios símbolos.


Símbolos del templo: chacana, dualidades y significados
En el Templo Solar se encontraba la plancha de oro en el altar mayor en la que se muestra la chacana; esta aparece en el petroglifo de Cumbemayo a 20 km. Ese dibujo es un instrumento de dimensión y cálculo; asimismo, la chacana no solo significa estrellas unidas por líneas, sino que chacana es cuz (puente, transferencia). Está formada por dos líneas: la línea vertical corresponde al hombre, es decir, a todo lo masculino en la concepción andina; representa la creación, el espíritu, la herencia y la sucesión. La línea horizontal corresponde a la mujer, es decir, a todo lo femenino; corresponde a lo creado, lo materno (Mama Pacha) y la permanencia.


Deidades principales y calendario: Inti, Quilla y Venus
El Sol para los andinos es el astro rey, objeto de culto y adoración, motor de toda la vida sobre la Tierra. La Luna, astro reina, se llama Quilla y estaba reputada como madre de los incas; asimismo, tenía su propia estatua en forma de mujer en el Qoricancha. La Luna, al igual que el Sol, tenía su propio calendario y regía el tiempo de la siembra, del riego y de la cosecha; asimismo, se dice que la coca, a la luz de la luna, informaba sobre la situación de los muertos y anunciaba el deceso de las personas. Venus se honraba porque era el paje del Sol, ya que siempre se encontraba cerca de él; unas veces iba delante para guiar a su señor por el camino. Por ende, Quilla (la Luna), el Inti (el Sol) y Venus fueron deidades principales del Tahuantinsuyo.
Conclusión
Visitar el Qoricancha ,hoy integrado al templo de Santo Domingo, es un viaje sensible al pasado: te invita a preguntarte cómo el antiguo Tahuantinsuyo logró levantar una obra de tal precisión y belleza. Al recorrer sus muros incaicos, aún visibles dentro del recinto colonial, uno queda asombrado por la ingeniería, la simbología y la serenidad del lugar. Por todo ello, conocer el Qoricancha no es solo una visita turística: es una experiencia imprescindible para comprender la grandeza andina y no perderse una de las maravillas históricas de Cusco.
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