Inti Raymi – La fiesta mas grande del Tawantinsuyo
La fiesta del Inti Raymi, es una majestuosa fiesta del Sol que se celebra cada 24 de junio de cada año en la ciudad imperial del Cusco, revive la grandeza del Imperio Inca en una ceremonia que une el pasado y el presente del Cusco. Desde el Qorikancha, donde se inicia la ofrenda a la Pachamama, hasta el gran ushnu, epicentro del ritual, el Inka y la Qoya presiden danzas, cánticos y ofrendas de los cuatro suyos en honor al Dios Inti.
El sacrificio simbólico de la llama marca la renovación del año solar y la reafirmación del vínculo sagrado entre el ser humano y la naturaleza. Más que una celebración, el Inti Raymi es un legado vivo de identidad, espiritualidad y orgullo andino que ilumina el corazón del Perú.
Declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 2001, el Inti Raymi es hoy un símbolo de unidad y continuidad histórica, y uno de los pilares de la identidad cultural del Cusco y del Perú.
Tabla de Contenidos
Significado y origen
Se compone de los vocablos «Inti» o «punchaw» (sol); «raymi» (fiesta). «inti raymi» o «punchaw raymi» significa fiesta del sol.
La fiesta fue establecida alrededor del año 1430 y se realizaba para celebrar el inicio de un nuevo ciclo agrícola.
¿Cuando y donde se celebra el Inti Raymi?
El Inti Raymi se celebra principalmente en Cusco, Perú, cada 24 de junio. La festividad tiene su ceremonia principal en la fortaleza ceremonial de Sacsayhuamán, con eventos que también tienen lugar en el Templo de Qorikancha y la Plaza de Armas.
¿Que es el Inti Raymi?
El Inti Raymi, la principal festividad del Imperio Inca, se celebraba el 24 de junio en el Cusco en honor al dios Sol. Aunque el solsticio ocurría el 21, el sumo sacerdote estableció esa fecha como inicio del Año Nuevo andino, marcando un nuevo ciclo agrícola. La ceremonia reafirmaba la divinidad del Sapa Inka, considerado hijo del Sol y mediador sagrado. Fue instaurado por el Inka Pachacuteq “el transformador del mundo” en el siglo XIV como una reforma religiosa, siendo el sol su máxima divinidad.

La ceremonia del Inti Raymi se realizaba en el Hukaypata (Plaza de Armas del Cusco) y estaba precedida por nueve días de rigurosos rituales y ayuno de la nobleza incaica. Durante este tiempo, la plaza se transformaba en un majestuoso centro ceremonial decorado con adornos de oro, destacando el altar central o Ushnu y las figuras de madera de Kiswar, símbolos sagrados de conexión con lo divino. Las Acllas preparaban el Sankhu, el pan ceremonial, mientras los linajes y los Mallkis se reunían para recibir al Sapa Inka en su litera dorada.
El acto central era el brindis sagrado, donde el Inka ofrecía chicha al dios Sol, sellando la unión con su padre, Inti, y simbolizando la prosperidad del Imperio. Fue un evento multitudinario done participaban los ayllus, el ejercito imperial y representantes de los 4 suyos pertenecientes al tawantinsuyo. El punto culminante era la entrada del Inka, un acto de gran esplendor donde las acllas alfombraban su paso con flores y los pichaq alejaban las malas energías; además, su poder y conexión divina eran simbolizados por el kumillo (un enano jorobado) que portaba la Achiwa, una sombrilla de plumas de colores que resaltaba su estatus del Inka.
A pesar de la llegada de los conquistadores españoles, los súbditos del Inka mantuvieron viva la tradición del Inti Raymi, celebrándola en secreto como una forma de preservar su fe y su herencia cultural frente a la prohibición colonial.
1º interprete del Inti Raymi
Faustino Espinoza Navarro fue el primer actor en representar al Inka en el Inti Raymi de 1944 y autor del guion en quechua. Durante catorce años interpretó al Inka, destacando por combinar rigor histórico y arte, y convirtiéndose en figura emblemática de la festividad.
Ese mismo año, junto con el quechuólogo Humberto Vidal Unda, Espinoza Navarro impulsó la recuperación del Inti Raymi, recreando una de las celebraciones más sagradas del Imperio Inca. Basados en los escritos del Inca Garcilaso de la Vega, ambos dieron forma a una versión moderna de la ceremonia. Finalmente, el 8 de enero de 1944, se estableció oficialmente que el Inti Raymi y el Día del Cusco se celebrarían cada 24 de junio.

Ceremonia del Inti Raymi
Templo del Sol (Qorikancha)
La ceremonia del Inti Raymi inicia con la ofrenda a la Pachamama en el Qorikancha. El ritual comienza con la entrada de los músicos y representantes de los cuatro suyos, seguidos por la nobleza, la Coya y el Inka, quien preside el homenaje al dios Sol, dando inicio oficial a la festividad.
Plaza de Armas de Cusco (Huakaypata)
En este escenario se celebra el encuentro de los tiempos junto con la ceremonia de la hoja de coca, donde el Inka y su sequito se reúnen en el gran ushnu. En este acto se renueva el año solar a través de rituales tradicionales y lecturas de augurios realizadas por los sabios amautas.
Los cuatro suyos hacen su ingreso representando la diversidad del Tawantinsuyo, mientras una danza colectiva expresa la unidad y hermandad de los pueblos. El acto culmina cuando el alcalde del Cusco, rinde simbólicamente informe al inka, uniendo el pasado incaico con el presente.
Explanada principal (Saqsayhuaman)
El Saqsayhuamán es el centro del Inti Raymi, donde se realiza la ceremonia principal. El Inka y la Qoya ingresan entre danzas y cánticos al dios Inti, mientras los cuatro suyos danzan y presentan ofrendas que simbolizan unidad y respeto. El acto principal es el sacrificio ceremonial de una llama, ofrecido por el Inka en agradecimiento al Sol y en pedido de prosperidad.
La celebración concluye con la retirada del Inka, la Qoya, la nobleza y las delegaciones, cerrando el Inti Raymi con un mensaje de renovación espiritual, armonía con la naturaleza y continuidad del legado incaico.
Importancia
El Inti Raymi es la máxima expresión del legado cultural y espiritual incaico. Dedicado al dios Sol, simboliza el renacimiento del año solar y la renovación de la vida, la fertilidad y la armonía con la naturaleza. Más que una festividad, es un acto de identidad y orgullo andino que preserva la cosmovisión y las tradiciones ancestrales.
Promovido por el Instituto Nacional de Cultura del Cusco (INC), su puesta en escena busca resaltar su valor histórico y espiritual. Declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 2001, el Inti Raymi es hoy un símbolo de unidad y continuidad histórica, y uno de los pilares de la identidad cultural del Cusco y del Perú.
Conclusión
El Inti Raymi es mucho más que una representación cultural, es la manifestación viva del espíritu del Tawantinsuyo y la más alta expresión de respeto y gratitud hacia el dios Inti, fuente de vida y energía para los pueblos andinos. A través de esta festividad, el Cusco revive su esplendor imperial, uniendo pasado y presente en una ceremonia que reafirma los valores de identidad, unidad y armonía con la naturaleza.
Desde su instauración por el Inca Pachacútec hasta su recuperación moderna en 1944, el Inti Raymi ha trascendido siglos de historia, resistiendo la colonización y manteniéndose como un símbolo de orgullo nacional. Hoy, reconocido como Patrimonio Cultural de la Nación, el Inti Raymi no solo celebra el renacimiento del Sol y del ciclo agrícola, sino también la permanencia del legado incaico, recordando a cada generación la profunda conexión espiritual del pueblo andino con la Pachamama y el cosmos. Es, sin duda, un testimonio vivo de la grandeza, sabiduría y continuidad cultural del Perú milenario.
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